La separación de pareja ¿Cómo afecta a los niños?
- Malvaliz Santana PhD.

- 12 sept 2024
- 2 Min. de lectura
La separación o el divorcio de los padres es uno de los eventos más estresantes que un niño puede experimentar. Aunque cada niño reacciona de manera diferente, dependiendo de su edad, personalidad y del contexto en el que ocurre la separación, el impacto emocional suele ser significativo. Entender cómo puede afectar a los niños es clave para brindarles el apoyo adecuado durante este proceso.
Reacciones comunes de los niños ante la separación
Sentimientos de culpa: Muchos niños, especialmente los más pequeños, tienden a asumir la responsabilidad por la separación de sus padres. Pueden pensar que algo que dijeron o hicieron causó el conflicto. Esto genera un sentido de culpa que, si no se aborda adecuadamente, puede afectar su autoestima.
Tristeza y ansiedad: Es común que los niños se sientan profundamente tristes o ansiosos ante la idea de que su familia ya no será la misma. La separación puede generar miedo a la pérdida, incertidumbre sobre el futuro y preocupación por la estabilidad de sus relaciones con ambos padres.
Problemas de conducta: Algunos niños pueden manifestar su angustia a través de cambios en su comportamiento. Esto puede incluir el aumento de la irritabilidad, la agresividad, el aislamiento social o dificultades en la escuela. Estas conductas son una forma de expresar su malestar emocional.
Esperanza de reconciliación: Muchos niños mantienen la esperanza de que sus padres volverán a estar juntos, lo que puede llevar a una frustración constante cuando esta reconciliación no ocurre. Este deseo, aunque comprensible, puede impedirles aceptar la realidad de la situación.
Ansiedad por la lealtad: Los niños a menudo sienten que deben elegir entre uno de sus padres. Esta "lealtad dividida" puede causarles angustia, especialmente si los padres no manejan el proceso de separación de manera saludable.
Impacto según la edad
Niños pequeños (0-5 años): A esta edad, los niños pueden no entender completamente lo que está sucediendo, pero perciben el cambio en el ambiente familiar. Pueden volverse más apegados a uno o ambos padres, y es común que experimenten regresiones en el desarrollo, como volver a orinarse en la cama o mostrar conductas más infantiles.
Niños en edad escolar (6-12 años): En esta etapa, los niños tienen una mayor capacidad para comprender la separación, pero también son más propensos a internalizar los problemas de los padres. Pueden mostrar problemas en la escuela, cambios de humor y dificultades para concentrarse. Además, es común que sientan rabia o tristeza por la situación.
Adolescentes (13-18 años): Los adolescentes tienden a tener una mayor capacidad para analizar lo que está sucediendo, pero eso no significa que les afecte menos. Pueden cuestionar las decisiones de sus padres y, en algunos casos, asumir responsabilidades emocionales que no les corresponden. También pueden alejarse emocionalmente de la familia como una forma de lidiar con el dolor.
La separación de pareja puede ser un proceso doloroso y confuso para los niños, pero con el enfoque adecuado, es posible minimizar el impacto negativo. La clave está en brindarles un entorno emocionalmente seguro, mantener una comunicación clara y abierta, y proporcionarles la estabilidad que necesitan para adaptarse a esta nueva etapa. Con el apoyo adecuado, los niños pueden aprender a lidiar con la separación de sus padres de manera saludable y seguir adelante con su desarrollo emocional.



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