El juego como proceso terapéutico
- Malvaliz Santana PhD.

- 12 sept 2024
- 2 Min. de lectura
El juego es una actividad natural en la infancia que va más allá del entretenimiento. Para los niños, jugar es una forma de explorar el mundo, expresar emociones y desarrollar habilidades sociales y cognitivas. En el contexto terapéutico, el juego se convierte en una herramienta poderosa para apoyar el desarrollo emocional y psicológico de los niños.
¿Qué es la terapia de juego?
La terapia de juego es una intervención psicológica que utiliza el juego como medio principal de comunicación. Se basa en la idea de que los niños expresan sus pensamientos, sentimientos y conflictos a través de actividades lúdicas. En lugar de depender exclusivamente del lenguaje verbal, que puede ser limitado en niños pequeños, el juego les permite representar lo que están experimentando en su vida.
Un terapeuta capacitado proporciona un entorno seguro y no estructurado donde el niño puede jugar libremente. Durante las sesiones, el terapeuta observa, interpreta y, en ocasiones, participa en el juego para ayudar al niño a procesar y resolver problemas emocionales o conductuales.
Beneficios del juego en terapia
Expresión emocional: Los niños, especialmente los más pequeños, pueden tener dificultades para verbalizar lo que sienten. El juego les ofrece una vía para expresar emociones complejas como el miedo, la tristeza o la ira sin necesidad de palabras.
Desarrollo de habilidades sociales: A través del juego, los niños practican la cooperación, la resolución de conflictos y la toma de turnos, lo que mejora su capacidad para relacionarse con los demás.
Reducción de la ansiedad: El juego les permite trabajar de manera simbólica sus miedos y ansiedades. Por ejemplo, un niño que ha vivido una experiencia traumática puede recrear esa situación a través del juego, lo que le da la oportunidad de procesarla y reducir la angustia que provoca.
Fortalecimiento de la autoestima: En el juego, los niños pueden sentirse en control y tener éxito en las tareas que ellos mismos diseñan. Esto refuerza su confianza y les permite sentirse más competentes en sus vidas cotidianas.
Resolución de conflictos internos: A través de la fantasía y la simulación, los niños pueden representar sus conflictos internos y explorar diferentes soluciones, lo que les permite encontrar maneras más saludables de lidiar con sus problemas.
¿Quién se beneficia de la terapia de juego?
La terapia de juego es eficaz para niños que enfrentan una variedad de desafíos emocionales y conductuales, como:
Trastornos de ansiedad
Depresión infantil
Trastornos del comportamiento
Dificultades de adaptación a cambios significativos (como el divorcio o la mudanza)
Situaciones traumáticas (abuso, pérdida de un ser querido)
Problemas en la socialización
El juego es mucho más que una simple actividad recreativa para los niños. En un entorno terapéutico, se convierte en una herramienta transformadora que les permite sanar, crecer y desarrollarse. La terapia de juego les ofrece un espacio seguro para procesar sus emociones, resolver conflictos y fortalecer su autoestima, mejorando así su bienestar emocional.
Este enfoque terapéutico es una muestra más de la importancia de respetar los procesos naturales del desarrollo infantil y de cómo, a través del juego, los niños pueden encontrar soluciones a sus problemas de manera segura y constructiva.



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